Este proyecto comercial se llevó acabo en un tiempo limitado para cumplir con las reglas del local y tiempos de entrega que este exige. Los clientes, un dermatólogo y su esposa, una ortopedista, querían unir sus dos ramas de la medicina en un mismo espacio. Ambos con necesidades y gustos diferentes nos dieron sus requerimientos y logramos llevar acabo un diseño limpio, que refleja tranquilidad y serenidad y permite que los pacientes se relajen al entrar. Esperamos que a ambos les vaya muy bien en su nuevo consultorio y que sus pacientes sientan paz al esperar su consulta.