Esta casa familiar empezó con el cliente confesándonos que la decoración no era su fuerte y quería volver de su casa un espacio acogedor, aprovechando los diferentes espacios al máximo y generarle un efecto de tranquilidad con estilo que la hiciera sonreír al entrar. Los ayudamos reutilizando y rediseñado algunos los muebles existentes comprando  algunos nuevos y seleccionando accesorios. Se pintó toda la casa y se generaron algunos acentos con papel tapiz. Esperamos que cada vez que nuestra cliente entre a su casa sonría.